lunes, 12 de marzo de 2012

Solar Ivy, Piel Fotovoltaica!

Una nueva idea para crear nuestra propia energía. Esta nota captó mucho mi atención ya que aparte de generar energía lo encuentro con un visto bastante llamativo y agradable a nuestra vista.



Se trata de una piel construida por una malla de acero inoxidable la cual sostiene distintas hojas fotovoltaicas capaces de generar energía solar. Inspirada en cómo crece la hiedra, esta malla es flexible, puede adaptarse a distintas formas y montarse sobre cualquier tipo de estructura.

Solar Ivy y SMIT, su compañía creadora, sólo utiliza materiales reciclados y reutilizados, que a su vez se pueden recuperar al final del ciclo de vida. Solar Ivy integra las tecnologías fotovoltaica y piezoeléctrica -capaz de generar energía a través de un sistema mecánico utilizando diversos cristales- adaptándose a cualquier orientación y superficie. Además proporciona una sutil sombra, mejorando notablemente la confortabilidad y el comportamiento térmico del edificio.

domingo, 4 de marzo de 2012

Innovación Materiales

Aplicaciones arquitectónicas
Grafeno y grafano
En el año 2010 Andre Geim y Kostya Novoselov recibieron el Premio Nobel de Física por el descubrimiento de un extraordinario material: el grafeno. Obtenido por primera vez en 2004, el grafeno está formado por una sola capa cuyo espesor es tal que un solo gramo bastaría para cubrir un campo de fútbol. Su carácter de lámina finísima hace del grafeno el material del futuro, ya que a su condición de ser el mejor conductor de la electricidad conocido, añade su flexibilidad (puede doblarse y enrollarse), su transparencia, su resistencia (mayor que la del acero) y el hecho de que sus residuos no dañen el medioambiente. Al descubrimiento del grafeno se sumó en enero de 2011 el del grafano, mecánicamente semejante al anterior pero con propiedades aislantes extraordinarias. La primera aplicación de los nuevos materiales ha sido un circuito integrado diseñado por IBM en 2011, un importante ejemplo dentro del campo de sus inagotables usos futuros, que irán desde las primeras células orgánicas fotovoltaicas (desarrolladas ya por la Universidad del Sur de California) hasta las previsibles aplicaciones a la arquitectura, especialmente en el ámbito de los materiales aislantes, como envolventes transparentes de edificios, finas como el papel pero capaces de aislar de manera adecuada.